Desde el Colegio entendemos y fomentamos la educación enfocada en el niño, como protagonista de su propio aprendizaje. Desde este enfoque sabemos que una de las claves de su éxito está precisamente en la colaboración con las familias, a las que siempre pedimos involucración y participación. Por eso este año y como parte de las actividades navideñas en Eary Years, hemos pedido a los padres que nos ayuden a decorar el árbol de Navidad situado en el área de multiusos en la segunda planta.
Entre todos y poco a poco nuestro abeto se fue llenando de decoraciones de todo tipo y con materiales de lo más diverso. Queremos dar la gracias a las familias por crear juntos a los niños motivos navideños para colgar del árbol y gracias también a los padres que pudieron acercarse hasta el colegio para colgarlos junto a sus hijos. Gracias también a Mis Letizia y a Ms Eli por ayudar a colgar los demás adornos juntos los niños.
Este año, además, fieles a nuestro compromiso con la multiculturalidad, también hemos pedimos a las familias que escribieran la frase “feliz Navidad” en otros idiomas y todas las felicitaciones multilingües se colocaron en un lugar destacado del espacio de Early Years para compartirlas con toda la comunidad.
Historia del árbol de Navidad
Parece que cuando los primeros cristianos llegaron al norte de Europa, descubrieron que sus habitantes celebraban el nacimiento de Frey, dios del Sol y la fertilidad, adornando un árbol perenne, en la fecha próxima a la Navidad cristiana. Este árbol simbolizaba al árbol del Universo, llamado Yggdrasil. Con la evangelización de esos pueblos, los conversos tomaron la idea del árbol para celebrar el nacimiento de Cristo.
Se dice que San Bonifacio (680-754), evangelizador de Alemania, tomó un hacha y cortó un árbol que representaba al Yggdrasil y en su lugar plantó un pino, que por ser perenne, simbolizó el amor de Dios, adornándolo con manzanas y velas. Las manzanas simbolizaban el pecado original y las tentaciones, mientras que las velas representaban la luz de Jesucristo como luz del mundo. Conforme pasaba el tiempo, las manzanas y las velas se transformaron en esferas, luces y otros adornos.
Después se agregó la tradición de poner regalos para los niños bajo el árbol, enviados por San Nicolás o también conocido como Santa Claus (o Papá Noel) o los Reyes Magos, dependiendo de las costumbres de las distintas regiones de Europa.
Es posible que el primer árbol navideño, como se conoce en la actualidad, surgiera en Alemania, donde se implantó por primera vez en 1605 para ambientar el frío de la Navidad, comenzando así su difusión. A Inglaterra llegó en 1829, y en el Castillo de Windsor se vio por primera vez en 1841 de la mano del príncipe Alberto, esposo de la reina Victoria.
La costumbre de adornar un árbol en los hogares españoles fue traída en el año 1870 por una princesa de origen ruso llamada Sofía Troubetzkoy, que tras enviudar contrajo segundas nupcias con el aristócrata español José Osorio y Silva, marqués de Alcañices. Y, parece ser que la primera vez que se colocó un árbol navideño en España fue en Madrid, durante las navidades del año 1870, en el desaparecido palacio de Alcañices, que se ubicaba en el paseo del Prado, esquina con la calle de Alcalá.