“Sigo recogiendo mis cosas. No me voy igual que cuando llegué. Mi equipaje sobrepasa el límite permitido pero no lo van a notar en la aduana. Mi equipaje lo llevo dentro de mi corazón. Llevo sus besos, su alegría, su entrega incondicional... llevo ganas de ser mejor, llevo ganas de ser solidaria, llevo ganas de contagiar lo bueno que es ayudar y dar amor a los demás. ¡Qué difícil expresarlo con palabras! “
Son las emocionadas palabras finales del diario de Isabel Castón, profesora voluntaria en el proyecto solidario “House of Angels”, en el que cada año, un grupo de estudiantes de Year 12 y profesores viajan a Rumanía para compartir varios días con los niños de este orfanato. El impacto de este programa en la concienciación de los alumnos sobre la necesidad y la pobreza es impresionante, y marca sus vidas dejando una huella imborrable y vínculos que permanecerán para siempre.
Durante ocho cursos consecutivos, el profesor Aiden McCoy ha organizado este programa solidario que empezó con apenas 9 estudiantes y que en el curso pasado sumó ya 29 voluntarios. El éxito de este esfuerzo ha llevado al Colegio a celebrar con alumnos, ex alumnos y profesores voluntarios un encuentro muy especial para compartir experiencias y sobre todo poner en valor y agradecer su solidaridad y su compromiso con los demás. En el encuentro, también se pudo ver un video con los mensajes de Gelu Tomescu y Simona Stewart, responsables del orfanato, agradeciendo la dedicación, el cariño y la inestimable ayuda de los alumnos del Británico.
“Para mí, Rumanía ha sido tan importante que incluso he elegido mi carrera por la experiencia que viví allí”. Así comenzó su testimonio Mónica, ex alumna del Colegio, ahora en su cuarto año de Universidad. “Los niños son una pasada, tienen mucha energía y contagian una felicidad increíble”, contaba. “Con la experiencia ganan ellos, pero tú ganas más. Es muy gratificante la relación tan cercana que tienes con ellos incluso sin hablar el mismo idioma, te entiendes con el lenguaje no verbal de gestos y de cariño”.
Para el profesor McCoy una de las cosas más importantes que les ofrece este proyecto a los alumnos es el poder apreciar todo lo que tienen, ya que ellos vienen de un entorno privilegiado: “enfrentarse con el hecho de que hay chicos de su edad que no han tenido tanta fortuna como ellos. No sentirse mal porque lo que se tienen pero tampoco dar todo por hecho”. Y como profesional de la enseñanza, nos dice “es muy gratificante porque ves otro lado de los estudiantes que no tiene nada que ver con el académico. Ves a la persona, al ser humano que se preocupa por los demás, y te sientes muy orgulloso”.
House of Angels es además de un orfanato, una residencia para niños con discapacidad de todos los grados, y un centro de día con un programa extraescolar para los niños de la zona afectados por la pobreza. Por eso, la experiencia solidaria del Colegio supone un gran reto para nuestros alumnos. “¿Es duro? Si, es duro, pero creo que se puede soportar”, asegura MacCoy, por eso durante la estancia se reúnen tres veces al día, después de cada comida, para hablar de lo que les preocupa, y “en algunos casos que los chicos se sienten realmente mal y apesadumbrados, les animamos a que por un par de horas, se vayan a pasear, se alejen un poco del orfanato. Cuando vuelven lo hacen llenos de energía y nunca en estos ocho años nos hemos enfrentado a una situación mala de verdad”.
Una alumna de Year 13, que participó el verano pasado nos lo cuenta. “Tuve algún momento difícil. Te das cuenta que quieres solucionarles la vida quieres ayudar y no sabes cómo, y te puede la impotencia y te pones a llorar, crees que no vas a poder”. Pero nunca pensó en tirar la toalla, al contrario, ya está pensando en volver. De hecho, muchos alumnos repiten, incluso cuando ya han dejado el Colegio. “Nunca llegas a comprender realmente la profundidad y la capacidad de resistencia y superación que tienen los alumnos y eso me sorprende” asegura McCoy, “tienen una madurez increíble que han conseguido de sus familias, sus padres, abuelos, creo que está muy arraigado el sentido de familia en la cultura española y por eso, se adaptan en seguida al orfanato”.
El programa House of Angels es, en definitiva, la expresión máxima de los cinco valores esenciales en los que se basa el Colegio para complementar la formación académica del niño y convertirle en una persona ejemplar: Caring, Challenge, Flexibility, Loyalty and Resilence. “Esto es lo que nos hace diferente como Colegio”, señalaba la directora Gillian Flaxman, “el cuidado por los demás, el trabajo honesto y efectivo con otras personas, la flexibilidad y la valentía para afrontar retos, y la capacidad para reponerse ante la adversidad. Por eso estamos tan orgullos de vosotros”.
Enhorabuena a todos los que con vuestra ilusión y vuestro entusiasmo habéis hecho posible durante ocho años este proyecto llevando felicidad y amor a quien más lo necesita.